En el multiverso Fit


Era una noche fresca y muy tranquila en la 4 veces heroica Xalapa (mira que ha soportado 17 años de verdadero terror), la otrora siempre lluviosa y cubierta con un manto blanco de neblina, cuando mi querida hija me pidió unas hamburguesas de don Toño.

Serían aproximadamente las 9 pm cuando, aprovechando el viaje y decidido a degustar un delicioso Jocho con todo lo que se requiere para que sea un señor Jocho, emprendí la marcha, cual Napoleón hacia tierras de los zares, como Alejandro Magno rumbo a Persia o como Hernán Cortés hacia el altiplano, e aquellas épocas sin Covid ni crimen organizado.

Armado con mi gorra de la UV (hace apenas 30 años conocida por tírios y troyanos como la U bré) aceleré la marcha, saludando con discreción y cortesía a todo ser humano que se cruzó en mi camino, por aquello de "ya no lo podré asaltar, igual hasta conoce a mi jefa y luego la cueriza quién me la quita...".

Rápido llegué a ese Nirvana de la gente fat. Alrededor mío, una docena de tiernas personas pasaditas de tamales esperaba su carga dietética del grasiento pero muy apetitoso manjar, con su Manzanita Deliciosa, que engorda pero ¡ah, qué sabrosa! sin que en su resiliente pensamiento surgiera el temor de convertirse en ese hijo de poderoso don Señor, quien fuese exhibido en un show mañanero de baja calidad y mucha estridencia como el chavo que, si hubiese sido mujer heterosexual binaria, se hubiera llamado Citalli.

Y fue cuando pasó algo difícil de creer...

Algo increíble, fantástico y, a la vez, terrible. Y terrible porque no pude comerme mi super jocho con piña y mi Manzanita Deliciosa.

Empezó con un leve movimiento de las placas tectónicas y unas luces brillantes en el cielo que aterrorizaron a todos los presentes, excepto a quien esto escribe. De ahí, el resplandor tan poderoso que me hizo tener pena de los insectos que, cegados por la linterna que los atrae, mueren calcinados por el calor mortal que emana de ese fulgor.

Al abrir los ojos, estábamos 20 personas, todos pasaditos de kilos, gordos u obesos, en el centro de una arena tipo coliseo romano. La gente presente en el graderío gritaba palabras insultantes,  dignas de cualquier estudiante torpe, miedoso, algo bruto y sin un gramo de inteligencia que acabó sus estudios como a los 40 años, pero eso sí, se vuelve el más bully de sus compañeros, a cada uno de los 20 panquecitos que, perplejos, nos preguntamos qué diablos hacíamos ahí. 

Cuando mi vista terminó de aclararse, noté algo impactante: Los de las gradas, todos, estaban o muy delgados o super musculosos. No había nadie que denotara algún asomo de gordurita  o lonja, cachete, bofe, nana o nenepil. 

Del palco principal emergió un tipo enorme, con músculos hasta en las pestañas como el sabio Polo Polo dijo alguna vez. Con una voz que parecía una seguidilla de relámpagos, viéndonos con desprecio, gritó:

"Obesos de la dimensión 320 (ignoro porque nos tocó ese número, a nuestro universo, a nosotros) los hemos traído a la tierra FIT, para demostrar que podemos hacer de esos cuerpos grasienññto y pepapiglescos, unas estatuas griegas de perfección física,  si pasan esta primera prueba o  simplemente, morirán en el intento".

Dicho lo anterior, dejaron entrar a la arena a 5 leones. De inmediato se nos vinieron  encima y todos empezaron a correr. Todos menos yo, quien alzando la mano derecha paré en seco a uno de los felinos. Cuando se quedó ronroneando giré el rostro y ví cómo una de esas bestias tenía a un jovencito con cuerpo de rotoplas y que temblaba como flan, arrinconado en la pared, sin escape alguno...

La gente babeaba de gusto y los insultos al chamaco se elevaban hasta el cielo.

En ese momento la rabia se apoderó de mi ser. Llené mis pulmones de aire y grité, con un fuerza descomunal que hubiese hecho palidecer al más ducho merolico de feria de pueblo...

"¡¡¡¡AHHHH, NOOOOOO!!!!"...

Todos enmudecieron esperando mi discurso. Hasta los leones se sentaron  intrigados, y fue entonces que...

Don Toño me despertó y me entregó mi pedido.

Que bueno que todo fue un sueño. A comerme mi hotdog  y ya mañana a continuar en mi 4 día tratando de hacer un poco más fit mi vida.

Moralidades. 30 de junio de 2022.





 



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