La CdMex se rinde ante una huasteca
"Hay sectores de la sociedad a los que no les molestó nunca que una avenida céntrica llevara el apellido de un sanguinario conquistador, Pedro de Alvarado, nunca les pareció raro, nunca les molestó, nunca les incomodó, lo veían como algo natural; pero que una persona indígena estuviera siendo reivindicada, homenajeada precisamente aquí, eso no lo podían asimilar, eso no lo veían como algo natural...” Estas son las palabras de alguien que, en vez de estudiar, vivió del porrismo universitario y, luego, estridente y grosero como siempre lo ha sido, corto de inteligencia e ingenio, se coló en el movimiento que actualmente gobierna a este país, desde hace 5 largos años. “La Joven de Amajac reúne muchos símbolos de la subalternidad: es indígena, es mujer, es joven, pero, al mismo tiempo fue gobernante. La colocación de su escultura aquí, justo aquí, dentro del perímetro de lo que fue la Glorieta de Colón, es un homenaje y una reivindicación de los pueblos, de las comunidades indígenas,