Igualdad y faldas.
Cuando éramos niños, quienes nacimos entre 1965 y 1980, sexo y género se utilizaban casi como sinónimos al referirnos a hombres y mujeres, a lo masculino y lo femenino. Con el paso del tiempo y, a pesar de que, desde la década de los 50, en Estados Unidos empezaron a aparecer movimientos con perspectiva de género (en ese tiempo feministas exclusivamente) que pugnaban por cuestionar la desigualdad e injusticia social evidentes, impulsando al género como algo cambiante y surgido de los usos y costumbres de la sociedad, en México tardó un poco más en emerger como un movimiento visible socialmente y, hay que reconocerlo, fue escalando en el constructo social de nuestro país de forma lenta pero constante, sin estridencia ni violencia. Las crisis recurrentes vividas en nuestra patria, desde 1981 hasta el día de hoy (todas ocasionadas por diversas causas pero con un común denominador: la corrupción, avaricia e ineptitud de los gobernantes en turno), dieron impulso a las mujeres a sumarse al