Sin miedo al éxito
Hace apenas 7 días iniciamos clases presenciales en la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, igual que muchas instituciones de educación superior a lo largo del país. Quitando el agotamiento físico y mental sufrido por las 4 horas seguidas de clases de un salón a otro, el dolorcito de garganta que me había dejado de acompañar en los últimos años y ese nervio potenciado por volver a pararme frente a un grupo de 30 a 40 jóvenes que, además, traen una carga ideológica y una forma de pensar totalmente distinta a cualquier otro grupo etario al que le hubiese impartido cátedra en mis 20 años de experiencia, la adrenalina fue compañera de todos los que nos volvimos a saludar en vivo y a todo color en los pasillos de la escuela. Me corresponde recibir a los jóvenes de primer semestre, con la materia de Teoría Política. Lo primero que les pedí a los 38 nuevos alumnos fue que pusieran su nombre y su matrícula para poder agregarlos a EMINUS, el programa con que los profesores de la